Los cambios SIEMPRE son para mejor…habrá que comprobarlo.
Un hogar.
Aún recuerdo el primer día que entré en ella. Me sentía una princesa en un gran palacio blanco. Jamás pensé que pudiera entrar tanta luz por las ventanas. Todo blanco, vacío, esperando a que entre todos llenáramos cada rincón.
Pensé que era demasiado grande como para conseguir crear una atmósfera cálida y acogedora. No fue así.
En 20 años conseguimos llenarla de vivencias y anécdotas. Una primera tormenta en la que nos juntamos todos en una habitación aun teniendo nueve para elegir. Desayunos, comidas y cenas en la cocina porque el salón era demasiado grande y se podían perder las palabras y las risas y no llegar a los demás. Peleas por las habitaciones, aun teniendo tantas, tan sólo para tener algo por lo que discutir y luego perdonarnos…
En muy poco tiempo se convirtió en un hogar, lleno de risas, llantos, voces, pasos, abrazos, besos, discusiones… no importaba donde estuviéramos, el hogar lo creabamos nosotros poco a poco.
Quedan entre esas paredes guardadas para siempre: masajes en los pies mientras vemos Espediente X, una niña haciéndose la dormida en el sofá porque hace un rato que llegó la hora de irse a la cama, caídas del taburete, la luz del baño encendida cada noche, los sustos detrás del diván, las bajadas al garaje a toda prisa porque da miedo, las visitas de tantos amigos, las comidas familiares, tantas noches de pelis, la ropa del armario por el suelo, pegatinas en los armarios, subidas a esa boardilla siempre desnuda, esa jungla que había por jardín, las ventanas escondidas entre lianas, las llaves bajo el felpudo, las noches en el jardín tapados con la mantita, el baño que habla solo, noches de terror y de risas en la habitación del garaje…
Cada persona que pasó por esa casa dejó algo suyo sin querer…Tom, Melania, Matilde y Espinete, los conejos, las golondrinas que cada primavera la escogían como hogar, abuelos, tíos, primos, amigos, compañeros, invitados sorpresa, desconocidos, amigos reencontrados y otros que pasarían de largo, novios, novias… Chico, Mary, Raquel, Adrián, María, Miguel, Mariona y Marco. Todos dejamos nuestra esencia. Todos hemos hecho de esa casa lo que es.
No se queda vacía.
Llenamos esas paredes de magia y ahora lo haremos con otras distintas.
Si nos paramos a pensarlo…nosotros hicimos de esa casa un hogar, porque nosotros somos una gran familia, y lo seremos estemos donde estemos.
Ahora entramos en una nueva casa de paredes blancas, vacía, esperando a ser llenada, esperando nuevas vivencias y anécdotas.
Los cambios SIEMPRE son para mejor…