Dulce niña que quiere probar el sabor del amor
Ternura en sus manos y abrazos siempre sentidos
Delicadeza en su cuerpo, en su pecho desnudo y tembloroso
Se deja, sedienta ansía el calor que le ha prometido
Y la niña se pierde como un pájaro que emigra buscando sobrevivir
Hieres con tu pluma en mis brazos y dejas en mi piel la tinta de tu silencio
Hieres con palabras calladas que se abren hueco hacia mis adentros
Y la niña se pierde como un pájaro que emigra buscando sobrevivir
Es pecado matar a un ruiseñor
Que canta con toda su alma solo para nuestro deleite
Mataste mi inocencia y mi ternura al arrastrarme a los brazos de la lujuria
Busco la tinta en tus labios arrastrándome como una perra
Tu aliento con olor a salitre quema mis heridas al susurrarme que soy tu esclava
Y te doy mi alma aunque tú te conformas con mi cuerpo
Para jugar con él como un gato salvaje hace con su presa
Juegas, como aquella niña que conociste
Preparas mi cuerpo como carnaza con la que calmar tu hambre
Me devoras como un lobo mientras me estremezco
Y mañana volveré de nuevo, porque soy adicta al dolor, tu dolor.
Hieres con tu pluma en mis brazos y dejas en mi piel la tinta de tu silencio
Hieres con palabras calladas que se abren hueco hacia mis adentros
Y la niña se pierde como un pájaro que emigra buscando sobrevivir
Es pecado matar a un ruiseñor
Que canta con toda su alma solo para nuestro deleite
Mataste mi inocencia y mi ternura al arrastrarme a los brazos de la lujuria
Es pecado matar a un ruiseñor
Algún día te llegará tu penitencia.
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