martes, 29 de marzo de 2011

Eclipse...


Shhh….te lo cuento bajito, para no despertarte. Los secretos tan solo se cuentan mientras la otra persona duerme para que al despertar no sea capaz de diferenciar lo que es real de lo que no. Te voy a contar un cuento, al oído, susurrando cada palabra para que pueda llegar hasta tus sueños sin apenas molestarte.

¿Sabes que tan sólo dos días a lo largo de todo un año los astros se alinean para cubrir el mundo de oscuridad? Eclipse lo llaman. Y cada 50 años, bajo la influencia de la luna en todo su poder, haciéndose dueña del sol por tan sólo unos minutos… nace en el mundo un bebé marcado con una doble luna sobre su piel. Alguien que está destinado a vivir tan solo conforme a sus impulsos. Alguien que no será guiado por el sol y la luna como el resto. Que no conoce el equilibrio entre razón y corazón tan necesario para vivir en armonía. Igual has oído hablar alguna vez de que los humanos nos regimos por dos cerebros: el racional y el emocional que, normalmente, se compensan entre sí. Éste bebé es distinto. Este bebé nace en un cobertizo de un pequeño pueblo, y es una niña. Su nombre es Nalu. Su característica principal, como ya has podido imaginar, es que ha nacido para vivir en la oscuridad, guiada tan solo por la luna. No puede ver la luz del sol. Su tez es tan blanca como la niebla, y sus ojos de un verde tan intenso que incluso en la más completa oscuridad se puede apreciar su color.

Mientras todos sueñan, como haces tú ahora, ella vive en soledad. ¡Pero no te pongas triste! Ella no conoce otra manera de vivir y ha aprendido a ser feliz y así seguirá hasta que no tenga nada más con que compararlo. ..Nalu creció acompañada tan sólo de un búho que su madre compró para que cuidara de ella por las noches y no se sintiera tan sola. Todas las noches, al ponerse el sol, Nalu salía del cobertizo a jugar en el jardín. ¿Sabías que en la noche miles de criaturas salen al mundo para mostrar su verdadera forma? Y resultan ser los seres más extraños y vulnerables, aquellos que no se atreven a mostrar su verdadera naturaleza a la luz del día. Nalu no era una de ellos, tan sólo era una joven que nació para ser guiada por su lado más emocional y visceral. La jovencita pasaba las noches disfrutando cada segundo y cada minuto de las sensaciones que guardaba la penumbra; el olor de la hierba recién regada, el canto de los grillos, la luz de las estrellas…Conocía cada sonido de la noche, y conocía también cada animal o ser que vagaba por la oscuridad.

Poco a poco, Nalu fue adquiriendo un gran don…consiguió llegar a ser una de las mejores contadoras de cuentos que podría haber existido. Pero claro, los cuentos se narran antes de dormir y ella…no tenía a quien contárselos a parte de las criaturas de la noche, con quienes compartía su vida.

Tras los años consiguió como aliados a los lobos, que le enseñaron a utilizar su rabia para cazar; a las luciérnagas, que le mostraron como hacer de su ansiedad una forma de buscar el camino en la oscuridad; a los murciélagos que le ayudaron a no perder jamás el rumbo; y a los petauros, que le educaron en la habilidad de esconderse entre las sombras;

Una noche de luna llena, mientras Nalu narraba uno de sus cuentos nuevos, escuchó por primera vez ¡un sonido que no era capaz de reconocer! Pidió silencio a sus espectadores para atender bien aquel extraño ruido y poder averiguar de dónde provenía.

-“shhhh…”.- susurró la jovencita.

La noche se quedó en completo silencio y Nalu escuchó de nuevo aquel sonido. ¡Venía de detrás de la verja del jardín! Salió corriendo, se asomó de puntillas y lo vio. Algo se escondía tras la maleza del otro lado del jardín. ¡Pero ella no podía salir de aquel jardín! Su madre la enseñó desde bien pequeñita que lo que había al otro lado no era para ella. Le estaba prohibido salir de aquel lugar. Como ya te conté al principio de nuestro cuento…mientras Nalu no conociera nada más, sería feliz con su vida de noctívaga.

Nalu dudaba. Recorría el cerco que marcaba la valla de un lado a otro, nerviosa. Pero poco tardó en decidirse. Su naturaleza afloró, y su sangre comenzó a recorrer su cuerpo con fuerza. La pasión se apoderó de ella. Su corazón se aceleró hasta el punto en que sus fuertes latidos consiguieron acallar las voces de su lado más racional y, finalmente , saltó la valla y comenzó a explorar…el exterior. Siguió el camino de tierra que había tras la valla. En cuestión de minutos, ante ella, apareció un pequeño pueblo. Un pueblo que contaba tan sólo con una calle decorada de pequeñas casas a ambos lados y una especie de cobertizo al fondo de ella. Parecía un pueblo abandonado. Todo estaba oscuro y en silencio. Nalu se acercó a la primera casa del camino y se asomó por una de las ventanas. ¡Una pareja dormía abrazada! Pero…!qué forma de desperdiciar un abrazo! Pensó Nalu. Se quedó un rato observando a la pareja, en silencio, y de pronto pensó: “ya sé lo que están haciendo…!están compartiendo sus sueños!” ¿Podría haber algo más bonito y mágico que eso? Nalu fue casa por casa observando detenidamente tras las ventanas. Bebes soñando con ríos de leche, niños aplacando sus terrores con tenues luces, una niña que duerme entre sus padres…y tú. Al final de la calle estabas tú. Llamando la atención en esa noche tranquila con tus quejidos cortantes, con tu voz oscura.

Estabas despierto. Bajo la cálida luz de las velas tu espalda. Mirabas un bloque de madera. Cientos de objetos llenos de magia se repartían por toda tu habitación, pero tu tan solo mirabas aquel trozo de madera grande que tenías frente a ti. Nalu pasó las horas mirándote y algo despertó en su interior. Por primera vez sus instintos hacían mella en su interior, tal y como la advirtieron que sería su condición. Pasaron las horas y te acostaste. Cuando llevabas tiempo dormido y ya estabas inmerso en tus sueños Nalu entró en tu cuarto, guiada tan sólo por sus impulsos. Se acercó a ti, y te miró con detenimiento. Eras hermoso. Irradiabas pasión por todos tus poros. Pero…!no tenías paz en tu interior! Nalu se tumbó junto a ti, sintiendo tu aliento cálido sobre sus labios, os separaban apenas dos milímetros...

Pasaron las horas y algo debías estar soñando para que tu gesto se endureciera de aquella forma. Nalu se moría de ganas de abrazarte, de acariciarte para apartar tus pesadillas, pero no podía. Se le ocurrió algo para apaciguar tus sueños: te contaría uno de sus cuentos… Comenzó a susurrar una de sus historias hasta que tu gesto se relajó.

Día tras día, ¡perdón!, noche tras noche, Nalu esperaba a la puesta de sol para salir a toda prisa hacia el pueblo y, escondida entre las sombras, observarte mientras trabajabas. Aquel trozo de madera comenzó a esculpirse. Lo arañabas con fuerza. Nalu miraba ensimismada tus brazos y tu pecho al descubierto, congestionados por la fuerza con la esculpías tu trabajo. El pelo caía sobre tu frente, empapado en sudor. Y, noche tras noche, Nalu se acostaba frente a ti y te contaba uno de sus cuentos mientras admiraba toda la belleza que tenías encerrada.

Así, la joven decidió quedarse junto a ti cada noche para velar por tus sueños. Esperaba a que te acostaras para tumbarse a tu lado y, sin ni siquiera rozarte, susurrarte al oído uno de sus cuentos.

Pasó el tiempo y una de las noches en que Nalu se acercó a tu taller se sorprendió al verte durmiendo tan temprano. Echó un vistazo a la habitación y pudo ver que el gran bloque de madera estaba tapado con una sábana. Habías terminado y dormías en paz, tranquilo. Ya no la necesitabas… Nalu se dio la vuelta y volvió a su cobertizo. El alba se acercaba y por primera vez en su vida un calor abrasador le quemaba por dentro, su sangre ardía…sus instintos la llamaban. ¡Necesitaba la noche para poder respirar! Y aún le quedaba todo un día por delante…

¿No has oído nunca que siempre queremos lo que no podemos tener? Es cierto, es algo que nace con nosotros, y Nalu ansiaba acostarse junto a ti más que nada el mundo. Finalmente se durmió al salir el sol, su cuerpo la abandonaba al alba, pero le sacudía una especie de ansiedad que transformaba sus sueños en pesadillas. Sudaba, pataleaba, su respiración se entrecortaba, y entonces…una bocanada de aire entró por su boca y la llenó de paz.

-“shhhh…te lo cuento bajito, para no despertarte…” me susurraste al oído antes de besar mi cuello. Lo intenté, con todas mis fuerzas, pero no fui capaz de despertar..El día no era para mí. Tan sólo con la luna en todo su poder, haciéndose dueña del sol por apenas unos minutos…conseguí abrir los ojos y verte. Sin apenas mediar palabra me convertí en lo que era y saqué de ti toda la pasión que ponías a tus trabajos. Nos convertimos en uno sólo. Todo era instinto, fuego, pasión… Y a partir de esa noche decidimos vivir de esta manera: tu velarías mis sueños con secretos por el día y yo los tuyos con mis cuentos por la noche, para esperar así nuestro momento, tan breve pero intenso. El momento en que la noche y el día se unen, en que tu astro y el mío se ansían de tal forma que nada puede luchar contra nuestra atracción. Dos días a lo largo de todo un año. El momento en que los sueños se llevaban a la realidad, sin secretos, sin susurros, sólo tú y yo. Noche y día en plena armonía.

“shhhh….despierta amor…tenemos unos minutos…”.

2 comentarios:

Jònia Ionia Anatòlia dijo...

Guau :O

Me a encantado!!! Me ha dado mucha pena Nalu porque no podía salir por el día y siempre estaba sola y podía estar con él :( pero el final me a gustado muchisimo aunque solo 2 dias al año es muy poco...
Me a encantado de verdad :D

Pues decirte que hago un concursillo en mi blog, mi 1r concurso :) si te interesa:
http://apuestoportimifantasiaaldespegar.blogspot.com/2011/04/dioooos-no-me-lo-creo-hemos-llegado-los.html

Tambien decirte que mi blog es una novela on-line y me gustaria muchisimo que le dieras una oportunidad cuando tengas un huequito :D
Muchos besotes!

Mariona dijo...

Buenas!! me alegro mucho de que te haya gustado porque realmente es por lo que escribo...que buena idea lo del concurso y lo de la novela!!! la verdad es que esto de los blogs está genial, porque hay mucha gente que tiene cosas muy bonitas que contar pero a la que no se le da una oportunidad por no tener un simple "título"...y yo soy de las que piensa que, el arte, se lleva dentro desde que naces. Por supuesto que dedicaré parte de mi tiempo a leer tu novela, además, sólo con ver el nombre de tu blog ya sé que me gustará!
Por cierto, lée el post que tengo de "Artistas a la luna" a ver si te interesa...y el de "Jugamos?" creo que te gustará!
Un besito!

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